¿Cansados de lo de siempre: más alto, más rápido, más lejos? Nosotros también. Ya basta de “grande, más grande, gigantesco”. En lugar de producir mercancía masiva para beber a litros, en fritz-kola elaboramos bienes culturales para un consumo consciente.
Nuestro objetivo: sacar a empujones las botellas grandes de las estanterías y poner en primer plano las pequeñas. ¿Por qué? Porque cuanto más grande es la botella, más consumo… y por tanto más azúcar. Mientras las botellas pequeñas permiten controlar mejor lo que bebes, las de litro te invitan a rellenar y rellenar sin pensar.
Grande no significa grandioso – ¡la ciencia lo confirma! Y no es postureo: tenemos pruebas. Lo que ya nos decía la intuición, lo hemos confirmado en un estudio representativo, de la mano del instituto de investigación de mercado YouGov. Los resultados son claros: los hogares que optan por botellas de refrescos pequeñas (de hasta medio litro) consumen una media de 419 ml al día. En cambio, con botellas medianas (hasta 1 litro) o grandes (más de 1 litro), ese consumo se duplica o incluso triplica.
Grandes pasos con botellas pequeñas
Con hechos tan claros, vamos en serio y desplegamos la alfombra roja (o negra) para las botellas pequeñas. Para ilustrarlo, hemos calculado qué altura habría que tener para beber sin problema las botellas gigantes de la competencia.
Nuestro plan es sencillo: más información, y más botellas pequeñas para un consumo más consciente. Porque disfrute y responsabilidad pueden ir de la mano.
Así que recordad: elegir pequeño, tiene más sentido. Nosotros ponemos la botella del tamaño justo para que no tengáis que renunciar a vuestros momentos de disfrute